Nuestra Visión
Tener el carácter de Cristo y reproducirlo en 12 personas
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Romanos 8:29
La visión de Dios para Su iglesia
El plan de Dios para su iglesia es muy claro: quiere que cada uno de sus hijos sea hecho conforme a la imagen de su Hijo o, en otras palabras, que todos tengamos el carácter de Cristo.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Dios edifica la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, con el propósito de que todos (dice "todos", no "algunos") alcancen la medida de la estatura de la plenitud de Cristo o, nuevamente, que todos tengamos el carácter de Cristo. La manera que Dios escogió para edificar Su iglesia es a través de la iglesia misma. Esto quiere decir que cada uno de nosotros tiene una responsabilidad de ayudar a nuestros hermanos para que todos lleguemos a ser lo que Dios determinó desde el inicio.
Por este motivo no vemos a los miembros de nuestra iglesia como asistentes que se limitan a congregarse los fines de semana, sino como líderes que sirven a Dios en la edificación de Su iglesia. Discipulamos a cada persona para que alcance la madurez espritual, pero también para que ayude a otros a crecer.
¿Por qué 12?
Es una pregunta que el ps. César Castellanos también se hizo antes de comenzar con la Visión del Gobierno de los 12 en su iglesia. Él detalla su experiencia en uno de sus libros:
Empecé a preguntarme: ¿Por qué el Señor capacitó a doce y no a once o trece? ¿No era mejor capacitar al mismo tiempo a un grupo grande? Ya que contando con un número mayor de personas, el trabajo se haría mucho más rápido, ¿por qué sólo invirtió sus fuerzas en doce?, ¿cuál es el secreto que hay en los doce? Dios usó todos estos interrogantes para traer claridad a mi vida con relación al modelo de los doce. Pude oír en lo profundo de mi corazón la voz del Espíritu Santo que me decía: “Si entrenas doce personas y logras reproducir en ellas el carácter de Cristo que ya hay en ti, y si cada una de ellas hace lo mismo con otras doce, y si éstas, a su vez, hacen lo mismo con otras doce transmitiendo el mismo sentir entre unos y otros, tú y tu iglesia experimentarán un crecimiento sin precedentes”.
En esencia, nos enfocamos en que cada persona discipule otras 12 porque fue lo que el Señor Jesús hizo cuando estuvo en la tierra y nosotros, como sus discípulos, seguimos Su ejemplo.
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